LA TEORÍA DE LA VIDA ETERNA. RODNEY COLLIN









Es esta una obra sorprendente y reveladora, que Rodney Collin escribió durante los tres meses posteriores a la muerte de su maestro, P. D. Ouspensky.
En este libro Collin explora la posibilidad de supervivencia después de la muerte, a través de un modelo metódico tradicional. Es un asunto de suma importancia que sólo puede ser tratado de una forma inteligente y científica; como así hace el autor.
En la muerte entramos en la eternidad, donde todos los puntos en el tiempo son accesibles de igual forma, ya no relacionados por el tiempo, sino por “la intensidad de la energía que los forma”.  Collin se basa en textos antiguos desde el Mito de Er de Panfilia, hasta Las Leyes de Platón, el Libro Tibetano de los Muertos, el Libro del Arte de Morir, el Libro Egipcio de los Muertos, la Hermética y textos de Zoroastro, para describir la existencia del alma en los mundos internos después de la muerte, coincidiendo todos, en que hay un intervalo de “tiempo” definido entre la muerte y el renacimiento, en el que el alma pasa por unos procesos post morten de vital importancia para su vida futura.
Se propone en este libro que el alma está compuesta de materia en estado molecular, pero que esta alma no es un derecho o propiedad natural en el hombre, sino que ha de ser creada intencionalmente por él a base de la acumulación de las mejores energías que el organismo produce, y que el hombre mismo puede y debe cristalizar a través de continuos e intensos esfuerzos por llegar a ser consciente.
El hombre común no puede hacer nada a la hora de controlar estas energías que, tan rápido como se producen, las pierde a través de explosiones de ira, envidia, celos, vanidad, y sobre todo a través de sus estados de fascinación e identificación con él mismo y con el mundo que lo rodea… Para lograr este control, ante todo debe despertar la conciencia del sueño.
La posibilidad de estados de conciencia superiores en el hombre depende precisamente de esas materias finas producidas por el organismo y sometidas a su atención. La atención tiene la capacidad de sostener en un campo fijado cierta materia invisible o energía en estado molecular, y es este ejercicio de atención en la auto-observación y la auto-conciencia el que va construyendo el alma en el hombre.
Tal y como las grandes religiones del mundo enseñan, el sufrimiento voluntario es el medio principal por el cual una parte del ser humano (su alma) puede separarse de las otras. El dominio de un gran dolor le da a la conciencia intensidad y “vuelo” para sobrevivir por ella misma. El problema es encontrar un choque suficientemente penetrante mientras se mantiene el experimento bajo control, el cual sólo se puede llevar a cabo en presencia de una Escuela de Regeneración y con un maestro en el que se confía incondicionalmente…

Bienvenid@ a Cuanticamania.

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